Una de las preguntas más inquietantes que se está haciendo ahora mismo la humanidad es qué va a pasar con millones de trabajos que van a ser reemplazados más pronto que tarde por las máquinas. Andrés Oppenheimer, el escritor argentino, se planteó esa misma preocupación y el resultado es su nuevo libro ¡Sálvese quien pueda!, que busca abordar estos interrogantes. En diálogo con Dinero, el escritor explicó sus puntos de vista y los resultados de sus investigaciones.
¿De dónde surge la idea del libro?
¡Del susto! Hace cinco años leí una investigación de Oxford que dice que 47% de los empleos será reemplazado por robots; ¡ya!, ¡En los próximos 15 años! Yo estoy viendo eso ya a mi alrededor. Antes grababa mi programa de televisión con cámaras y camarógrafos. Ya no. Hoy día las cámaras con que yo grabo son robóticas. Yo antes mandaba traducir mis columnas, hoy día el periódico para el que trabajo las manda traducir a Google Translate en un segundo y en el último año ese motor ha pegado un salto impresionante.
¿Cuál es la conclusión?
Se van a perder empleos y se van a ganar empleos. Hay una gran discusión entre los futurólogos sobre para qué lado se va a inclinar la balanza. Hasta ahora, históricamente, la tecnología ha creado más empleos de los que ha destruido. En la revolución industrial se empezaron a crear los telares mecánicos, y los tejedores tradicionales los destruían porque decían que esto los iba a dejar sin trabajo; y pasó todo lo contrario. El telar automático produjo la necesidad de diseñadores, ingenieros textiles, fabricantes de colores, etc. y al final del día hubo más trabajadores que antes. Lo mismo ocurrió con el automóvil, cuando se industrializó.
Pero la gente no va a tener la capacidad de adaptarse…
Los tiempos tecnológicos se están acelerando tanto que la gran pregunta es si la gente va a tener tiempo de reinventarse. En la antigüedad, cuando éramos cazadores, tuvimos miles de años para reinventarnos y convertirnos en agricultores. Hace 100 o 200 años, cuando los que prendían los faroles de gas en las calles se vieron amenazados por los faroles eléctricos, tuvieron 80 años para reinventarse. Pero hoy la gente está siendo sustituida de un día a otro: la señora que atiende un parqueadero le avisan el viernes en la noche que el lunes en la mañana habrá una máquina que va a hacer ese trabajo. A mediano y largo plazo soy muy optimista, pero a corto plazo va a haber un sacudón laboral importante.
Algunos futurólogos consideran que el problema va a ser administrar el tiempo libre.
Y es cierto. A mediano y largo plazo esto va a ser para bien. Vayamos al caso de los periodistas. En las elecciones de noviembre (próximo), todos los artículos de The Washington Post sobre las 500 contiendas electorales para diputados y senadores van a ser escritas por un robot. Eso, por un lado, se podría decir, va a dejar a muchos sin trabajo, pero por otro puede ser bueno para muchos periodistas que no quieren hacer eso y se pueden dedicar a lo que a ellos les gusta, como la investigación periodística, el análisis, etc. El obrero que se la pasa todo el día atornillando un tornillo: va a ser buenísimo que un robot haga ese trabajo repetitivo aburrido y que ese obrero pueda convertirse en un técnico operador de robots, un trabajo más estimulante e interesante. El problema va a ser el corto plazo: cómo vamos a hacer para navegar esta ola de desempleo tecnológico que se viene.
¿Qué opina de planteamientos como la renta básica universal?
Hay varias teorías sobre cómo salir de esto. Una es la renta básica universal. La teoría es que los robots van a producir tanto más eficientemente que nosotros porque trabajan tres turnos seguidos, no piden mejor sueldo, no se sindicalizan, que todo va a ser más barato. Y los países van a tener ingresos mucho mayores y eso va a permitir redistribuir mucho más dinero a todos, reduciendo la pobreza y así podremos dar una renta universal a todo el mundo. Otros, como Bill Gates, proponen impuesto a los robots. Yo en el libro propongo una salida intermedia que es una renta básica universal a cambio de servicio social. ¿Dónde está escrito que los hogares de ancianos deban tener una persona atendiendo a 40 ancianos? Por qué no una persona para cada anciano. ¿Dónde está escrito que una escuela deba tener un maestro o una maestra para 30 niños? Por qué no tener una persona que reciba una renta básica universal que sea el tutor de un niño en una escuela.
Entrevista: 10/11/2018